miércoles, 10 de marzo de 2010

TRANSPARENCIA EN LA GESTION PUBLICA Y DEMOCRACIA

Francisco Sorto Rivas
Economista
Docente, Facultad de Maestrías y Estudios de Postgrado.

Hace algunos días tuvimos el placer de escuchar hablar al profesor Sanz Mulas sobre la importancia de la transparencia en la administración del gasto público, ponencia que se inscribió en el marco del Diplomado que sobre Política Fiscal en El Salvador se impartió en la Facultad de Maestrías y Estudios de Postgrado de la Universidad Tecnológica de El Salvador, en alianza con la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), el cual finalizó, con su sexto módulo, el 17 de octubre de este año (2009); dicho módulo se refirió, por cierto, a la Transparencia Fiscal y la Rendición de Cuentas.

Este tipo de esfuerzo académico es consistente con la misión institucional de la Universidad que aspira a promover cambios fundamentales para nuestra sociedad, reconociendo que la transparencia en la gestión pública en general, y la administración responsable de los recursos públicos, en particular -en función del bien común-, legitima cualquier régimen democrático, al reconocérsele su preocupación por la eficiente asignación de los recursos tributarios para la satisfacción de las necesidades colectivas consideradas prioritarias por la sociedad, observándose en ello, principios de eficacia, eficiencia, calidad y economía de recursos.

Cabe mencionar además, que la instalación de un sistema de rendición de cuentas contribuye a que la ciudadanía esté informada sobre el uso de los impuestos y la responsabilidad del Gobierno al gastarlos; esto permite que los bienes y servicios adquiridos para satisfacer necesidades colectivas se obtengan con base en una evaluación objetiva de las ventajas y desventajas de cada solución probable y de los costos y beneficios imputables a cada alternativa; esto propicia, naturalmente, un ambiente de confianza en torno al quehacer de las instituciones públicas, permitiéndoles ejecutar sus respectivas propuestas estratégicas de creación de valor público.

Consciente de su compromiso social, la Universidad considera que con la promoción de la transparencia y la rendición de cuentas se apuntala la democracia como modelo político ideal para la realización plena del ser humano como persona.

Hay múltiples estudios que demuestran que existe una relación directa entre la transparencia y el desarrollo económico de los países y esto es así porque los recursos que se distraen de la actividad económica, mediante el cobro de impuestos, deben ser invertidos de manera socialmente rentable en bienes y servicios que mejoren la calidad de vida de la población y creen, a la vez, condiciones de estabilidad social para la ejecución de proyectos de inversión de larga maduración. El leitmotiv entonces de una administración pública deseable sería congruente con una cultura de transparencia y rendición de cuentas.

Partiendo del supuesto que el mercado es un mecanismo eficiente para la organización de la producción, en función de las prioridades sociales expresables a través de una demanda efectiva, nos podríamos preguntar entonces, qué rol debería desempeñar el Estado dentro de una economía de mercado, y encontraríamos rápidamente la respuesta en las necesidades de aquellos segmentos de la población con escaso poder de compra y cuya realización personal requiere de una intervención deliberada del Gobierno para suplirles sus carencias inmediatas y mediatas y además, para ofrecerles opciones reales para remontar su situación económica imperante, de forma auto sostenible. Todo esto supone la existencia de una especie de contrato social, donde los que tenemos algunas posibilidades materiales nos solidarizamos con aquellos que no las tienen, para sufragar, a través de los impuestos, una serie de servicios y bienes considerados meritorios por todos nosotros.

De hecho, la identificación de esas necesidades prioritarias la hemos delegado a nuestros gobernantes, así como el manejo responsable de los recursos colectivos que le entregamos para el bien común; esto impone al funcionario público una mayor responsabilidad ética, respecto al ejecutivo de una empresa privada que, pervirtiendo su labor, termina gestionando los recursos de la firma en beneficio personal y no, del dueño (conflicto de agencia) -en el caso de la gestión pública estaríamos hablando de corrupción-; digo esto porque, aunque ambas acciones son igualmente execrables (conflicto de agencia y corrupción pública), los recursos colectivos (impuestos) constituyen la única opción de atención médica, de obtención de educación de calidad y de techo digno, por ejemplo, para una gran parte de la población; es por eso que el gasto de las instituciones públicas debe ser transparente y los funcionarios públicos deben rendirle cuentas a los contribuyentes sobre cómo han usado sus impuestos para solucionar las condiciones carenciales de grandes sectores de la población y potenciar, asimismo, el crecimiento sostenido de la economía.

Ahora bien, es necesario enfatizar que esta cultura de transparencia y rendición de cuentas no es producto de una generación espontánea, sino que debe construirse a partir de la conciencia ciudadana acerca del rol del Estado en la sociedad y de las instituciones públicas como su expresión más visible, a través de las cuales se implementan políticas para elevar la calidad de vida de la población; en esta tarea de concientización ciudadana juegan un papel fundamental las universidades, al comprometerse con la formación integral y ética de sus estudiantes.

Convencidos de todo esto y de los esfuerzos que se vienen haciendo en el país en pro de una institucionalidad que sea garantía para el ciudadano común, de la transparencia en la gestión de la cosa pública, del combate a la corrupción y la apertura de espacios públicos para fortalecer la democracia, nos da mucha satisfacción apreciar los espacios públicos que se abren en esta Universidad para que personas como el profesor Sanz, contribuya al debate de este tipo de temáticas que revelan, claramente, la relación existente entre la transparencia y la democracia, la cual se ve comprometida, de tanto en tanto, como consecuencia de la opacidad en el manejo de los fondos públicos y la desatención de grandes problemas colectivos que demandan solución urgente.

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