martes, 8 de diciembre de 2009

DISEÑO INSTRUCCIONAL Y TEORIA DEL APRENDIZAJE /

Este ensayo gira en torno a la reflexión a que nos invita la lectura de Yenny Otálora Sevilla, quien nos ubica con su artículo en un espacio de discusión sobre la epistemología del aprendizaje significativo del niño en edad temprana y los medios ideales para administrar el proceso de enseñanza-aprendizaje (PEA), partiendo para ello de un paradigma distinto al piagetiano observado por los docentes en nuestro sistema educativo, abriéndose una interesante discusión sobre las estrategias de intervención más apropiadas para que el niño construya su pensamiento abstracto, a partir de la experimentación y la resolución de problemas matemáticos.
Para poner en contesto los planteamientos del artículo base del presente ensayo, podemos explorar la experiencia del programa administrado por la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad de El Salvador, conocido como “Jóvenes Talentos”, donde a través de estrategias de aprendizaje colaborativas se han venido desarrollando las habilidades matemáticas de toda una generación de muchachos que asisten a una academia sabatina de ciencias (matemáticas, química y física), cimentándoles como parte del PEA, bases importantes de pensamiento crítico, al exponerlos a exigencias de estudio propias de carreras universitarias convencionales.
Dicha experiencia donde los jóvenes deben resolver problemas de forma holística coincide con el planteamiento teórico de la profesora Sevilla, en el sentido que la disonancia cognoscitiva permanente le permite al niño construir nociones numéricas de manera progresiva y desarrollar concepciones teoréticas de manera espontánea.
De hecho, la estrategia didáctica utilizada en el ese ambiente de aprendizaje descansa sobre bases científicas, y aunque es bastante probable que los tutores de estos estudiantes, no estén totalmente conscientes de los principios pedagógicos en que se sustentan sus intervenciones en el proceso de construcción del pensamiento matemático de los jóvenes, lo cierto es que están validando, permanentemente, los aportes teóricos de pedagogos interesados en descubrir cómo aprende el ser humano, inclusive antes de adquirir la capacidad para comunicarse por medio del lenguaje articulado y de lo que hoy conocemos sobre el proceso natural de aprendizaje del niño en edades tempranas, echando mano de diversos recursos simbólicos que se encuentran a su alcance para manejar representaciones cuantitativas de los elementos de su entorno.
Al ver los resultados logrados por los muchachos del programa en eventos internacionales de habilidades matemáticas y de su capacidad para aplicarlas a las ciencias físicas, nos parece que las estrategias de intervención utilizadas han sido exitosas y que por lo tanto, el diseño instruccional responde apropiadamente a la forma en que aprende el estudiante.
En todo caso, da la impresión, a partir de esa experiencia, que pasar del pensamiento a la acción constructivista resulta más fácil, mientras más jóvenes sean los docentes e intermediarios entre el conocimiento y los estudiantes, dado que el cambio significativo del currículo oficial e instalación de este nuevo modelo pedagógico denominado constructivismo, enfrenta una resistencia subyacente por parte de la comunidad docente que continúa administrando un proceso de enseñanza-aprendizaje conductistas, en las aulas.
Por otra parte y aunque las experiencias educativas no se puede replicar mecánicamente en ambientes sociales y culturales diversos, los resultados del referido programa y la efectividad del diseño instruccional del “centro”, adoptado como modelo de diagnóstico-intervención-seguimiento, parece lógico tomarlo como referente para el diseño de políticas educativas en nuestro país, ya que la efectividad de éstas debe evaluarse en función de sus resultados e impactos.
Al compararse las experiencias del programa y los resultados de la PAES, se puede afirmar que los métodos de enseñanza aplicados, a las matemáticas, son más eficaces y eficientes en el Programa de Jóvenes Talentos, que los utilizados en el sistema educativo nacional y que como resultado de esta comparación, podrían extraerse algunas lecciones sobre cómo aprende el niño los contenidos numéricos, haciéndonos reflexionar acerca de la vigencia de la teoría cognoscitivista de Piaget sobre esta disciplina.
Lo anterior resulta sumamente importante porque en la medida en que se estimule el desarrollo de las habilidades numéricas y pensamiento abstracto de manera oportuna, se estarían remontando las deficiencias reportadas por nuestra población estudiantil en el área de matemáticas, al menos, de forma significativa. Adicionalmente, se estaría dando un paso muy importante para cerrar brechas en materia de desarrollo de capital humano.
Sin embargo, el cambio en el diseño instruccional es sólo parte de la solución a la problemática colectiva aquí mencionada, ya que los responsables de su concreción, mediante su práctica docente, son los maestros; de ahí que la actualización sistemática de los conocimientos y metodologías de enseñanza de los docentes, sea otro de los componentes esenciales para la formulación de una política pública educativa exitosa para nuestro país.
BIBLIOGRAFIA:
 BIXIO, Cecilia; Enseñar a Aprender, construir un espacio colectivo de enseñanza-aprendizaje; HomoSapiens editores; Argentina 2005.
 FULLAT, Octavi; Filosofía de la Educación, Editorial Síntesis; España 2000.
 FREIRE, Paulo; Cartas a quien desee enseñar; Editorial Siglo XXI; México 2009.

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